El crecimiento y la evolución de tecnología siempre han impulsado un desarrollo positivo en el mundo de los negocios, la economía en general y la sociedad. No obstante, en este contexto de velocidad exponencial, extrema complejidad y con un alto grado de incertidumbre, aún no está claro si los cambios tecnológicos darán lugar necesariamente o directamente a una mayor tasa de desempleo, pero sin dudas nos exponen a desarrollar nuevas habilidades técnicas y sociales como profesionales para estar a la altura de las exigencias del mercado laboral o de los modelos económicos del futuro. A la vez, nos impulsan a hacer más eficiente la gestión de las organizaciones.
Las alarmas ya están encendidas desde hace tiempo; sobre todo cuando nos preguntamos si ésta, la 4ta revolución industrial, va a terminar realmente con los trabajos rutinarios, si los robots van a reemplazar a los humanos, si la inteligencia artificial y las computadoras auto-aprendientes van a hacer obsoleta la forma en la que conocemos la capacitación, desarrollo y educación formal.
Estas y otras tantas preguntas que nos hacemos sobre el futuro, nos generan miedo y nos paralizan. Más aún, cuando descubrimos que ese futuro inquietante ya comenzó hace mucho tiempo, con las cabinas de tele-peajes, las sucursales de bancos cada vez más vacías, las impresoras 3D que ya construyen ropa, casas y hasta puentes, con Trilobite el primer robot que aspira y limpia los pisos de las casas o las máquinas agrícolas autónomas de siembra, cosecha y hasta ordeñe, entre otras tantísimas cosas.
Independientemente de lo maduros que estén los países, las organizaciones y las personas en materia de tecnología, robótica o transformación digital, pensar que estas situaciones no nos van a afectar, es negar y evadir la realidad, y, consecuentemente no prepararnos para lo que viene (… o ya vino). La tecnología, no solamente reemplazará muchos empleos, oficios y profesiones actuales, sino que mejorará ampliamente la performance y la productividad de los humanos en cada uno de los ámbitos donde se desarrolle, no sólo debido a la capacidad de memoria, el procesamiento de altísimos volúmenes de datos, el invariable nivel de precisión o el machine learning, sino también porque no se enferman, no faltan, no hacen huelgas, no se cansan, no pagan impuestos, ni tienen problemas personales que afecten su motivación.
Estamos ya en un nuevo paradigma que plantea formas diferentes de organizaciones, economías y trabajos. A la vez, nos exige un des-aprender, aprender y re-aprender mucho más veloz. Los cambios que estamos viviendo nos obligan a repensar lo que se hacen negocios, las estructuras de las empresas, en cómo consideramos el trabajo en sí, la forma en la que el trabajo se organiza y cómo la gente organiza su trabajo.
Entonces, …
Si la digitalización está entendida como la mejora u optimización alcanzada desde transformación de los procesos de negocio mediante la utilización de nuevas tecnologías. ¿Cómo podemos ayudar desde RRHH para, no enfrentar lo que viene, sino para adaptarnos, mejorar o co-crear lo que viene?
En este contexto y con tremendo desafío, el rol del área de RRHH se torna aún más estratégico y fundamental, sobre todo en los siguientes 3 aspectos:
· Acompañar a las organizaciones en el proceso de cambio hacia una cultura digital
Siendo el área de Talento el guardián de la cultura, el nexo entre la visión y la estrategia con la actitud, el rendimiento y el comportamiento de los colaborares, acompañar el proceso de transformación, se vuelve necesario para que la organización pueda adaptarse. ¿Y cómo se hace?
Cambiar las creencias de las personas, cambiando primero su comportamiento. Cambiar los sistemas de medición y recompensa para propiciar los comportamientos requeridos. Trabajar conjuntamente en elementos y programas de motivación intrínseca y extrínseca para orientar a las personas hacia “la nueva forma de hacer”; y mudando la filosofía gerencial hacia los estilos de liderazgo participativos, colaborativos y transformacionales.
· Desarrollar habilidades en los colaboradores sobre las competencias que el nuevo ámbito requieren
Desde su función de Desarrollo de RRHH, el área de Talento debe trabajar a largo plazo en la definición y el diseño de los nuevos puestos y las competencias que requiere el complejo y ambiguo contexto, a la vez que debe desarrollar esos conocimientos y actitudes en los colaboradores en el mediano y corto plazo. Para lograrlo, debe poner en marcha las herramientas de diseño organizacional y las de gestión del talento como la selección de profesionales (newcomers que ya traigan habilidades requeridas), la capacitación y el desarrollo de dichas habilidades, potenciando el rendimiento de cada uno.
A modo de ejemplo, para conocer y entender las distintas destrezas que el futuro de trabajo exige desarrollar a los profesionales, podemos dividirlas en 3 enfoques generales:
· Sumarse desde su propia gestión interna a la ola de digitalización, la tecnología para eficientizar su propia función
Y cómo no está exento del proceso de trasformación al ser parte importante de la operatoria diaria de la organización, RRHH debe también reinventarse y adaptar sus productos, sistemas y conductas al nuevo entorno. Los principales desafíos en esta línea podrían ser, entre otros, los siguientes:
Crear una experiencia de empleo aspiracional que genere atracción, fidelidad y compromiso
· Adaptar los modelos de entrenamiento a las nuevas formas de aprendizaje (gamification, aprendizaje colaborativo y gestión digital del conocimiento
· Ampliar el paradigma de la evaluación a potenciar el rendimiento y fomentar la apreciatividad multidireccional
· Complementar los procesos con metodologías ágiles para acortar los ciclos de gestión y mejorar día a día
· Mejorar y fortalecer los vínculos, la integración y la comunicación multidireccional
· Subirse al proceso de transformación digital implementando tecnología en la gestión, mejorando los medios de comunicación en dispositivos diversos, incorporando elementos de autogestión descentralizados para llevar a cabo los programas del área, obteniendo información para la toma de decisiones basadas en datos a través de dashboards de indicadores en vivo, análisis y predictibilidad de datos, etc.
Alineado directamente con este último punto, pero relacionado con todos los demás mencionados más arriba, la implementación de herramientas tecnológicas en el área de RRHH es un factor crítico de éxito en el desafío de la transformación digital. Los sistemas tecnológicos de gestión de talento permiten:
Con un Sistema de Administración de Personal se pueden administrar todos los datos, documentos e información relativa a los empleados de manera rápida, dinámica, segura y desde cualquier lugar.
Con Intranets o aplicaciones de comunicación se pueden enviar mensajes, poner a disposición todo tiempo de comunicaciones, segmentar datos y documentación y poner a disposición normas, políticas y aspectos culturales. Enviar y recibir alertas, notificaciones, recordatorios de cumpleaños, eventos y fechas especiales, e inclusive acceder a información de compensaciones y beneficios
Con sistemas de Autogestión, los asociados pueden solicitar licencias, vacaciones, realizar evaluaciones, asistir a cursos de e-learning, consultar calendario de capacitaciones, revisar su plan de carrera o realizar todo tipo de encuestas. Todo desde un solo lugar.
Con herramientas informáticas de gestión de talento, la organización puede gestionar estratégicamente las funciones de Reclutamiento y selección, inducción, E-learning y Capacitación y Evaluaciones de desempeño de hasta 360°, idear y darles seguimiento a planes de sucesión, cuadros de reemplazo y esquema de carreras; siempre vinculado los requerimientos, conocimientos y competencias de cada puesto, con la experiencia y la historia de cada persona.
Los aplicativos de Nómina o Payroll, se puede administra de manera simple, flexible e integral todo lo referente a planillas, cálculos, liquidación de haberes, y períodos de pago de la nómina de tu empresa; integrable con cualquier otro sistema y de fácil carga masiva de datos. Realizar simulaciones de costos y evoluciones salariales, gestionar los programas de remuneración variable, darle seguimiento a los fondos de pensión o ahorro y demás benéficos salariales.
Con sistemas de seguridad, salud, gestión de riesgo y control de acceso, se puede administrar la seguridad y salud en el trabajo de la empresa, gestionar el riesgo a través de un correcto diagnóstico y armar planes de prevención y vigilancia que permitan responder oportunamente ante cualquier eventualidad.
¡Gracias por leer!
Guillermo Daud
Sobre el autor:
Es Licenciado en Administración de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires. Posee una Maestría en Dirección de Empresas (MBA) de la Universidad del CEMA.
Con amplia experiencia en Gestión Estratégica de Recursos Humanos en el ámbito privado, ha desarrollado su actividad profesional en posiciones ejecutivas de importantes empresas nacionales y multinacionales y en proyectos de Consultoría de gran envergadura, demostrando el valor de la contribución de las personas en el éxito de los negocios. Hoy es Socio y Consultor de Join Up y GAD dos consultoras boutique de gestión de RRHH y Director para Cono Sur de Twiins, plataforma integral de Gestión de Talento.
Es profesor adjunto en materias de Gestión de Capital Humano en carreras de posgrado y maestrías de la Universidad de Buenos Aires y la Universidad del CEMA, a la vez es profesor invitado de la Universidad de San Buenaventura de Medellín, Colombia y la Universidad Nacional de Tucumán.
Es además co-autor de 2 libros sobre la gestión de las personas y el comportamiento humano en las organizaciones.
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