Como sabemos, con el avance del plan de vacunación y la apertura de casi todas las actividades, gran parte de las compañías están planificando el regreso a las oficinas. Este escenario constituye un gran desafío, ya que tendrá como protagonista —en la mayoría de los casos— una modalidad de trabajo híbrido.
La clave estará en diseñar espacios productivos que tengan como eje el bienestar físico, conductual y emocional de todos los colaboradores; a la vez de articular la alineación a los objetivos, la optimización de recursos.
Será fundamental crear espacios que promuevan el fortalecimiento de la comunicación, la interiorización con los valores de la compañía, el sentido de pertenencia, y el desarrollo de una cultura de equipo; recuperando el sentimiento de team building. Espacios que se adapten a las nuevas necesidades, con herramientas tecnológicas ágiles y robustas, que permitan intercambios presenciales y virtuales de manera simultánea; con materiales, servicios e infraestructuras que aseguren el cuidado de la salud, la higiene y el resguardo sanitario. A la vez, es importante que integren y convoquen a los integrantes a aportar su mirada, promover el buen clima y alcanzar los resultados que desean lograr.
También, como líderes de cambio, deberemos hacer que las nuevas prácticas y procesos fomenten a las personas al desarrollo personal, empowerment y flexibilidad.
En el tiempo que ha transcurrido, hemos visto y aprendido la celeridad con la que se pueden implementar los cambios, y que podemos desarrollar un nuevo observador de la realidad. Hemos cambiado nuestras miradas en diversos puntos y nos hemos adaptado rápidamente a entornos y metodologías que no hubiéramos imaginado hacerlo a la velocidad que lo experimentamos.
Según un estudio de McKinsey, el 68% de las empresas no tienen —a la fecha— un plan comunicado sobre la vuelta a las oficinas.
En el estudio se hace énfasis en la importancia de abrir canales de comunicación con los colaboradores, aumentando la frecuencia con que se actualiza a la fuerza laboral. Este punto incluye compartir tanto lo que se ha decidido como también lo que se está trabajando y aún es incierto.
En el siguiente gráfico de la encuesta se demuestra cómo aumenta el sentimiento de inclusión y la productividad individual cuando los colaboradores se sienten parte.
Otro dato interesante de esta investigación, refiere a la poca claridad que las organizaciones demostraron sobre la vuelta a las oficinas. En este punto, el 40% de los encuestados manifiestan que su organización no comunicó nada al respecto y otro 28% que lo hizo de forma vaga o ambigua. En muchos casos, gran parte de los trabajadores (49%) también manifestaron un alto nivel de agotamiento por el trabajo virtual, lo que pone aún más el tema de la vuelta a la presencialidad sobre la mesa de los temas importantes.
En esta línea, recientemente, en Australia, un especialista en diseño en espacios laborales, llamado Daniel Davis, realizó una investigación sobre cómo podría ser el futuro de los espacios de trabajo. Explica que las empresas podrían optar por continuar con el formato prepandemia que todos conocimos, en el cual tenemos una jornada delimitada, y un horario de entrada y salida; u optar por un formato más flexible, en el cual los colaboradores asistan a la oficina únicamente cuando se necesiten realizar actividades presenciales y colaborativas, a través de días semanales asignados o mismo solo en determinados momentos del mes, como puede ser a principio o a fines de cada uno. En este punto, las personas van a la oficina con el objetivo de socializar y desarrollar el trabajo en equipo. Las personas no tienen lugares asignados y se promueven más espacios en la dinámica de centros de coworking. Esto último ha sido adoptado por algunas compañías incluso previo a la pandemia. Otra de las opciones que detalla el especialista es la continuidad del formato 100% virtual en los casos que el trabajo a realizar lo permita.
Desde Join Up, consideramos clave detenernos y analizar los aprendizajes que cada organización capitalizó en este tiempo, focalizando en los aspectos de salud, bienestar y productividad de los colaboradores. En base a ello, trabajar en un plan de transformación de metodologías y espacios físicos que se adapten a las necesidades y potencien la eficiencia en formatos híbridos, digitalización de procesos, y estructuras más ágiles y descentralizadas.
¿Qué opinan?
¿Ya volvieron a la oficina y encontraron algún cambio?
¿Si aún no volvieron, cómo les gustaría volver y qué les gustaría que cambie?
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